La Estación Biológica de la reserva critica “las falsas expectativas” que genera el aumento de regadíos propuesto por PP y Vox

La biodiversidad de Doñana atraviesa su peor momento en décadas. El balance actual de los científicos es desolador y refleja con datos el bajísimo nivel del acuífero, la desaparición de más de la mitad de sus humedales, y su efecto directo en la muerte de su fauna y árboles. La Estación Biológica de Doñana CSIC ha presentado sus conclusiones más recientes en el Consejo de Participación celebrado este lunes, en el que ha denunciado el “insostenible punto crítico” que atraviesa la reserva por la “inacción ejecutiva” de los políticos. Los expertos han exigido a la derecha andaluza (PP y Vox) que retire su proposición de ley para aumentar los regadíos de agricultura intensiva cercanos al parque, por mentir y crear “falsas expectativas”.

Los científicos han intentado gastar su última bala para hacer reflexionar a los diputados populares y de la ultraderecha antes de que este miércoles voten en el Parlamento andaluz el inicio de la tramitación de su proposición de ley, que irá por vía de urgencia y podría estar aprobada a finales de junio.

Tras las críticas del Gobierno, que no descarta denunciar la ley autonómica por invadir sus competencias ante el Tribunal Constitucional, y la amenaza de la Comisión Europea, que ha advertido a España del riesgo de multas millonarias por desproteger Doñana, ahora la ciencia aclara por qué la iniciativa política agravará el deterioro medioambiental de la reserva: “Se utiliza una dialéctica infantil, de buenos y malos, que solo busca enfrentar a distintas partes de la sociedad, utilizando mensajes absurdos tales como que el agua de los ríos que llega al mar se pierde, o que la conservación del medio ambiente está necesariamente contrapuesta a la actividad económica”, reza el informe expuesto por el director de la Estación Biológica, Eloy Revilla. La opinión de los científicos es muy relevante porque puede ser en la que se apoye la Comisión Europea para pedir al Tribunal de Justicia de la UE que multe a España por desproteger el parque.

El presidente del Consejo de Participación de Doñana, el biólogo Miguel Delibes, también ha cargado este lunes contra la proposición de ley: “Es muy negativa, solo genera tensión y alimenta el conflicto. Supone hacer juegos políticos que se parecen al toreo de salón, cuando una situación dramática como la que vivimos en Doñana requiere tomarse las cosas en serio, agarrar el toro por los cuernos, tomar decisiones probablemente impopulares, gastar dinero y trabajar, todo lo contrario de hacer proposiciones de ley que no se pueden cumplir”, informa Europa Press.

La legalización de más de 1.500 hectáreas de invernaderos ilegales de fresas, planteada por la derecha a dos meses de las elecciones municipales, supone aumentar la presión en una zona donde la sequía extrema, el robo constante de agua con pozos ilegales y la macrourbanización de Matalascañas han hundido el acuífero a niveles nunca vistos. La Junta alega que su nueva proposición de ley –a diferencia de la del año pasado, que decayó por las elecciones autonómicas– no permitirá extraer del acuífero, pero sí que convertirá en regables suelos que hoy no lo son y abrirá la puerta para que cientos de agricultores reclamen aguas superficiales a la Confederación Hidrográfica, pese a la escasez y las negras perspectivas que augura el cambio climático.

Los científicos concluyen que la salud de Doñana está en fase crítica mientras la demanda de agua para los frutos rojos sigue al alza tras aumentar los invernaderos de 2.162 hectáreas en 2004 a 3.543 en 2014. Ante el constante saqueo del agua, el acuífero está sobreexplotado y su nivel freático ha descendido hasta 5 y 6 metros en piezómetros como el Ojillo y Mogea, “con valores inferiores a los de 1995″, el mínimo histórico.

Al descender el acuífero, las lagunas en superficie desaparecen a gran velocidad y el 59% de las lagunas de mayor tamaño –con más de 900 metros cuadrados– no se inundan desde 2013, según el último estudio científico publicado. Además, el 19% de las 267 lagunas analizadas se han perdido por completo al estar ya invadidas por vegetación terrestre, entre ellas algunas con gran afluencia de aves antaño como el Charco del Toro, el Zahíllo o el Brezo. Solo un 10% se mantiene en buen estado. Las tres lagunas que eran permanentes “han dejado de serlo”, con la más conocida, la de Santa Olalla, que marcó un hito el pasado agosto tras secarse por completo, situación que antes solo se dio en 1983 y 1995.

Desde el récord de 3.000 lagunas temporales registrado en 2004, la tendencia siempre ha sido a la baja. “Los cambios observados están significativamente relacionados con la temperatura y la precipitación de cada año, así como con la extensión de áreas cultivadas, la superficie construida en Matalascañas, la distancia a las estaciones de bombeo de la urbanización y al funcionamiento del campo de golf”. “El impacto negativo es generalizado”, concluyen los expertos.